Caso 1: Salvemos (¿o hundamos?) a Eurovisión
España en el Eurovisión de Luxemburgo (1973)
España en el Eurovisión de Serbia (2008)
España en el Eurovisión de Luxemburgo (1973)
España en el Eurovisión de Serbia (2008)
Era el año 2008, haciendo zapping en la tarde del sábado, me he topado con el Eurovisión, desde Serbia. Era un programa del que había escuchado algo pero que nunca había visto. Es un festival de la canción donde participa casi toda Europa. Por allí han desfilado ABBA, Mocedades, Celine Dion (¿?) represantando a Suiza (¿?), Tatu y pare de contar.
Para mi sorpresa, me encuentro con que la representación de España era un chiste, y malo, debo decir. Es que la palabra chiste se queda corta, fue una total aberración que me hacía preguntar por qué España, teniendo tanta buena música y buenos intérpretes, terminó enviando a Serbia a este sujeto.
Sin embargo, aún no era el momento responder a esto.
El resto de los participantes se valieron de sus mejores artilugios para lograr ganar: Baile, vestuario, carillas que se notaban a 100 metros de distancia, patinadores y violinistas acompañando a los cantantes.
Solamente hubo algo que me sorprendió aún más que lo de España, y fue ver que el narrador de TVE pudo predecir el 90% de los votos, que dicho sea de paso, de unos años para acá han sido determinados por Geopolítica (¿?).
Gana Rusia con un cantante que tuvo a un Violinista y a un patinador en el escenario. Parece ser que en Eurovisión se vale de todo.
Terminado el programa comienzan los lamentos en TVE: Aparece Raffaella Carrá indicando que la decisión no fue la mejor, etc etc etc. Sin embargo, averiguando en Internet descubro que la selección fue bastante justa (no se rían).
Fue un concurso abierto de TVE con Myspace, cada intérprete se postulaba y la gente votaba. Si eso fue lo que la gente votó, hay que aceptarlo, como se dice en Venezuela, asumir el barranco. Para que las personas no familiarizadas con Rodolfo Chiquilicuatre me entiendan, solamente les digo que imaginen a La Güereja de México, a La Cuatro de Chile, la Chola Chabuca de Perú o a Emilio Lovera vestido como Chepina de Venezuela, cantando en el Festival de Viña del Mar. Todos son artistas talentosos, pero no los mejores cantantes precísamente.
El fulano Chiquilicuatre viene precísamente de un programa humorístico español. Me da la impresión que fue elegido más como un experimento de los españoles para ver qué carrizo es lo pasa en el Eurovisión. Mis respetos a España por su valentía, pero experimento fallido, debo decir, pues ganar ese festival parece ser un asunto de volver popular políticamente el país unos meses antes. O quizás no, y simplemente se trate de mero azar, o manos turbias en el camino, quién sabe.
En 2009 la cosa fue más triste aún.
Para mi sorpresa, me encuentro con que la representación de España era un chiste, y malo, debo decir. Es que la palabra chiste se queda corta, fue una total aberración que me hacía preguntar por qué España, teniendo tanta buena música y buenos intérpretes, terminó enviando a Serbia a este sujeto.
Sin embargo, aún no era el momento responder a esto.
El resto de los participantes se valieron de sus mejores artilugios para lograr ganar: Baile, vestuario, carillas que se notaban a 100 metros de distancia, patinadores y violinistas acompañando a los cantantes.
Solamente hubo algo que me sorprendió aún más que lo de España, y fue ver que el narrador de TVE pudo predecir el 90% de los votos, que dicho sea de paso, de unos años para acá han sido determinados por Geopolítica (¿?).
Gana Rusia con un cantante que tuvo a un Violinista y a un patinador en el escenario. Parece ser que en Eurovisión se vale de todo.
Terminado el programa comienzan los lamentos en TVE: Aparece Raffaella Carrá indicando que la decisión no fue la mejor, etc etc etc. Sin embargo, averiguando en Internet descubro que la selección fue bastante justa (no se rían).
Fue un concurso abierto de TVE con Myspace, cada intérprete se postulaba y la gente votaba. Si eso fue lo que la gente votó, hay que aceptarlo, como se dice en Venezuela, asumir el barranco. Para que las personas no familiarizadas con Rodolfo Chiquilicuatre me entiendan, solamente les digo que imaginen a La Güereja de México, a La Cuatro de Chile, la Chola Chabuca de Perú o a Emilio Lovera vestido como Chepina de Venezuela, cantando en el Festival de Viña del Mar. Todos son artistas talentosos, pero no los mejores cantantes precísamente.
El fulano Chiquilicuatre viene precísamente de un programa humorístico español. Me da la impresión que fue elegido más como un experimento de los españoles para ver qué carrizo es lo pasa en el Eurovisión. Mis respetos a España por su valentía, pero experimento fallido, debo decir, pues ganar ese festival parece ser un asunto de volver popular políticamente el país unos meses antes. O quizás no, y simplemente se trate de mero azar, o manos turbias en el camino, quién sabe.
En 2009 la cosa fue más triste aún.